Este poema tiene alas (una o dos).
Vino de ti volando como el aire
por los canales de tu propia voz
recogiendo virtudes de domingo
(el aura, la memoria y una flor).
Luego, como una estela de chispitas
ardiendo, en la ventana, se posó
y como remolino entró a mi tema,
casi que fue un encuentro de los dos.
Ahora, este nuevo día, qué es.
Un poema con alas que llegó
y ahora te lo envío ya de vuelta.
A la una, a las dos...
Alas tres.
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